Y sí, a mí me recomendaron llevar fórmula a la clínica por si acaso no tenía leche. Tanto desconocimiento, tanta irresponsabilidad de aquellos que lo dijeron, tanta falta de confianza en mí como mujer, tanta falta de instinto apagado por tanta información contradictoria.
Tanto desconocimiento, tanta irresponsabilidad, tanta falta de confianza en mí como mujer, tanta falta de instinto apagado por tanta información contradictoria
Y sí, le di fórmula a mi bebé para que “no le diera una hipoglucemia” (o eso fue lo que me dijeron), porque para todos era más sencillo eso que enseñarme a lactarlo; porque seguramente perdían mucho tiempo acompañando a una nueva mamá a confiar en ella misma; porque seguramente algo reciben de las empresas que fabrican la fórmula.
Es cierto, no todas las mujeres pueden producir la leche que su bebé necesita, a eso se le llama Hipogalactia, pero sólo ocurre en el 5% de ellas. Entonces, ¿por qué me dicen que no tengo leche? ¿por qué siento que mi bebé queda con hambre? ¿por qué no veo leche los primeros días? ¿Por qué mi bebé no sube de peso? Sencillamente porque la transferencia de leche no es adecuada por problemas de agarre, posición, frenillo; situaciones que son reversibles en su totalidad. Y porque los primeros días no nos sale leche a chorros, sólo calostro.
VAMOS POR PARTES… EL CALOSTRO
Cuando el bebé nace, es perfectamente normal ver que, del pecho, sólo salen unas pocas gotas de leche y que, de hecho, es de un color amarilloso y son espesas. Ese es el calostro, la primera vacuna del bebé, una leche con altas propiedades inmunológicas apropiada para un ser que nace sin defensas, sin flora intestinal, y con un sistema digestivo aún en desarrollo.
Pero ¿mi bebé si quedará lleno? ¿Sabías que, cuando nace, el estómago de tu bebé es del tamaño de una cereza? De hecho, en la primera toma, el bebé puede comer unas 8 gotas de leche, así que lo que produces es perfecto para la necesidad de tu hijo. Ahora, es importante saber que la leche materna se digiera mucho más rápido que el preparado de fórmula, por lo que tu bebé puede mamar, en promedio, de 8 a 12 veces al día los primeros meses. Y debes darle a demanda.
así que lo que produces es perfecto para la necesidad de tu hijo
¿Y QUÉ PASA DESPUÉS?
A medida que pasan los días, la producción de leche se incrementa y, aproximadamente al día 8, ya tenemos una leche madura (ojo que varía en cada mujer y depende mucho de la necesidad del bebé).
Sin embargo, desde el inicio de la lactancia es de vital importancia obtener un agarre correcto para tener un buen vaciamiento del pecho y, así, asegurar la correcta producción para tu bebé y la prevención de afecciones como las obstrucciones y la mastitis en la madre.
Durante este proceso puede pasar que el bebé no tome suficiente leche y hay múltiples causas para esto. Dentro de ellas encontramos la hipogalactia, que a su vez puede ser primaria y secundaria.
La hipogalactia primaria se presenta por variedad de causas (hablaremos sobre ellas seguramente en Instagram), pero en ella la cantidad de leche que produce la madre (que sí produce leche) no alcanza para suplir la necesidad del bebé, por lo que es importante suplementar. Pero tenemos la hipogalactia secundaria, la cual es reversible porque se debe, en gran medida, a situaciones con la lactancia materna que se pueden solucionar con una mejora en el agarre, una revisión de un posible frenillo en el bebé y, sobre todo, con un aumento de confianza de la madre.
Así que, a confiar, a aprender, a informarnos correctamente. Con todo el corazón les recomiendo buscar una asesora de lactancia que les cuente qué pasa, cuándo puede pasar, cómo pasa, y las acompaña en ese proceso de confiar en su cuerpo y en ustedes como mujeres y madres. Además, buscar personal de la salud que sea prolactancia, que en realidad tenga la empatía de conectar desde la angustia que genera ser mamá, de no saber qué hacer, y que lo haga sin afán ni otros intereses.
Así que, a confiar, a aprender, a informarnos correctamente.
Ya se terminó la semana mundial de la Lactancia Materna y, de verdad, espero que le haya llegado por lo menos a un profesional de la salud que intervenga en el proceso de una mujer para que la aliente a alimentar a su bebé con leche materna, a confiar en ella, y no a culpar a la lactancia de todo lo que les pasa a los niños.