Crianza, Experiencias, Generales

Dejemos de criticar, por favor

Hoy quiero hacer una invitación a que dejemos de juzgar y de criticar lo que hacen, dicen, piensan o no hacen, ni dicen, ni piensan otras mamás y mujeres. De verdad, por favor, practiquemos la empatía como es, sin juzgar, simplemente aceptando lo que el otro piensa sin meterle mente, sin cuestionarlo, sin buscar justificaciones.

Hoy tengo la oportunidad de manejar mi tiempo entre Mamá Real y mi familia, y puedo llevar y recoger a mi hijo al colegio, así como asistir a las reuniones, charlas, talleres y actividades que allí realizan. Y hace poco, una persona poco conocida me dijo “Oye, tu vas a todo lo del colegio ¿cierto?, O sea que luego de llevar a tu hijo, llegas a la casa y ¿qué haces?, no trabajas me imagino”

No se si lo que sentí en ese momento fue rabia, indignación o tristeza. Llevo varios años, desde que salí del mundo corporativo, asimilando esa idea de que no sólo se trabaja en una oficina y que el trabajo de casa es, tal vez, el menos reconocido y uno de los más demandantes que hay. Así que, afortunadamente, no hubo en ese momento cuestionamiento sobre si hago algo o no. Adicional, ¿qué pasa si llego a la casa y no hago nada? ¿me hace eso menos mamá o menos mujer? ¿Qué pasa si lo que me gusta es irme para el gimnasio 3 horas, luego desayunar, y esperar que sea hora de recoger a mi hijo? Tampoco debería ser juzgado.

No se si lo que sentí en ese momento fue rabia, indignación o tristeza.

Y lo digo porque se que hay muchas mujeres que decidieron quedarse en casa y aún se preguntan si fue la mejor decisión porque no están aportando económicamente al hogar. Permítanme decirles que el ahorro que están generando es enorme, el aporte a la educación de sus hijos es gigante, el vínculo que pueden estar creando no tiene precio.

Ahora, aquellas que decidieron seguir con su vida laboral fuera de casa ¡tesas!, no es sencillo llegar de la oficina a seguir en casa. Y, a ellas, las juzgan por casi abandono a sus hijos, porque prefieren que los recoja un transporte muy temprano en vez de llevarlos ellas al colegio, porque pusieron su profesión sobre su familia. Y TAMPOCO ES ASÍ.

Mejor dicho, si nos quedamos en casa somos mantenidas; si vamos a la oficina, abandonamos el hogar; y si hacemos las dos, somos un poco mediocres porque ¿cómo vamos a poder rendir al 100% en las dos tareas?

Aprendamos a respetar la decisión de cada familia, de cada mamá y de cada mujer. Si quieren o no tener hijos, sus razones tendrán y no somos quién para juzgarlas; si deciden o no regresar a su vida laboral, pues es su vida y su dinámica; en fin…. Como dice René Brown, por favor empatía real, sin juzgar, simplemente adaptando la emoción de la otra persona como verdad absoluta, y acompañando. Viviremos mejor si nos olvidamos del “si ve, eso fue lo que usted eligió, no se queje”

Aprendamos a respetar la decisión de cada familia, de cada mamá y de cada mujer

Etiquetas: Crítica, Culpa, Emoción, Empatía, Maternidad, Trabajo, Trabajo en casa
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