Experiencias

Cuando la noticia del embarazo no es como esperabas

Una de las cosas que más me ilusionaba era cómo, cuando quedara embarazada, le iba a dar la noticia a mi esposo. Me imaginaba una sorpresa, un regalo, algo que él no esperara; los zapatos pequeños, el mameluco que dijera “Hola papá”. En fin, la mejor sorpresa para la mejor noticia. Pero nada resultó como lo esperaba.

Pero nada resultó como lo esperaba.

De antemano les cuento que yo nunca soñé con ser mamá, no era algo que me trasnochara ni que sintiera que me iba a realizar como mujer. Mis sueños estaban muy enfocados en ser una profesional exitosa, en tener cargos altos en una compañía, y un gran salario. Hice mi carrera, luego una especialización y una maestría; y nuestra decisión fue empezar a buscar bebé luego de terminar la maestría, porque no nos imaginábamos con bebé más estudio.

Ya habíamos consultado con mi ginecóloga, estaba tomando las vitaminas necesarias para empezar el proceso y definimos dejar de planificar. A los dos meses nos fuimos de vacaciones para Europa, pero íbamos muy tranquilos porque nos habían dicho que era probable que nos demoráramos, por lo menos, 3 meses para quedar embarazados.

La prueba...

Llegamos a Europa, empezó nuestro paseo y, a los 5 días decidimos comprar la prueba de embarazo. BOOM!!! Positiva… Y uno por allá, lejos, sin doctor a la mano, primerizo. Y, ¿ahora qué hago? Pues llamé a mi ginecóloga, que también era mi amiga, y ella, obvio, me tranquiliza.

“Ay no, y yo por acá donde el vino es más caro que el agua”, “Ay no, bye bye jamones deliciosos de España”, “Ay no, ¿qué cuidados debo tener?” Ahora me acuerdo y me da risa, pero si aprendí que hay que informarse, incluso antes del embarazo para poder tomar las cosas con calma, saber qué se puede y no se puede hacer.

aprendí que hay que informarse

La noticia

Me desvié un poquito, pero entonces compramos la prueba y nos fuimos para el hotel. Me hice la prueba y salí del baño con cara de “Me morí, no sé que pensar”, y esa fue la noticia. Sin regalo, sin zapaticos de bebé, sin mameluco que diga “Vas a ser papá”

Y saben qué, no fue necesario. El sentimiento de saber que ya había una vida formándose dentro de mí, los cuidados desde ese primer momento de mi esposo, la ansiedad de ver la primera ecografía, el pensar si iba a ser niño o niña, empezar a definir nombres, planear las compras de las cositas del bebé, imaginarnos cómo sería físicamente. Pero nada se compara con la primera vez que escuchamos su corazón, creo que jamás viviré un momento igual a ese.

nada se compara con la primera vez que escuchamos su corazón

Así que soltemos tantas expectativas y aprendamos a disfrutar cada momento así no salga como nos lo imaginamos. Con seguridad, todo pasa como debe pasar.

todo pasa como debe pasar

Etiquetas: Embarazo, Experiencia, Maternidad, Paternidad
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