Hace poco la casa se quedó en silencio, y mi esposo y yo lo primero que dijimos fue “¿dónde está Samu?”. Pues lo llamamos y estaba en el baño. Cuando llegamos estaba muy concentrado “rayando la pared” con unas llaves; y uso las comillas porque en realidad una cosa es lo que vemos y otra lo que ellos ven.
Créanme que si no hubiera hecho el curso de sexualidad infantil de PinkSecret yo no hubiera pensado en preguntar qué estaba haciendo, sino que le hubiera dicho “cómo se te ocurre, las paredes no se rayan, las llaves no son para eso, se dañan”
Pues pacientemente le preguntamos y nos dice “mamá, papá, la pared tenía unas rayas (se había rayado con una correa de mi esposo) y estaba tratando de quitar esas rayas con las llaves”. Él estaba tratando de arreglar la pared y para nosotros estaba obviamente rayándola más.
quitarnos las gafas de adulto que normalmente juzgan
Aunque el curso era de sexualidad y esta historia tiene que ver con rayas en una pared, hay un tema en común en todo lo que tiene que ver con niños, y es ver las cosas con sus ojos, quitarnos las gafas de adulto que normalmente juzgan, y casi siempre de manera negativa, lo que ellos hacen. Y esto aplica para todo, incluso hacia otras personas; preguntemos, indaguemos antes de lanzar un juicio (que ya de por si no deberíamos hacer), no nos tomemos las cosas personales y, sobre todo, dejemos de basar nuestra felicidad y nuestra preocupación en posibilidades, en qué podrá pasar o, peor aún, en qué me imagino que pasa.